En España, hasta no hace mucho tiempo la máxima expresión del vino se entendía que eran las denominaciones de origen, consejos reguladores que determinaban por igual todas las parcelas, zonas, suelo o microclimas. Cualquier vino, si cumplía con los requisitos de la denominación de origen, era válido. Ésto repercutía de forma negativa en aquellos elaboradores que por sus características creaban vinos míticos. De esta diferenciación nacen los vinos de pago, aquellos que por su extremada calidad se alejan de la denominación de origen que los ampara. ¡Ojo!, no nos dejemos engañar por aquellas etiquetas que asocian el nombre del vino a un pago, dígase pago de Carraovejas, pago de los Capellanes u otros muchos que pululan por ahí.
Yo me refiero a aquellos que en la contra etiqueta llevan su mención de origen como pago, reconocido legalmente, como es el caso del que hoy traigo debajo del brazo. Hace unos días tuve el placer, porque siempre es un placer, de viajar hasta Pamplona. De ahí me dirigí a Estella, en el corazón de la denominación de Navarra, a conocer uno de estas nuevas denominaciones de origen denominadas de pago, exactamente la D.O. Pago de Arinzano. Reconozco que tenía un criterio diferente del lugar hasta que lo conocí a fondo de la mano de sus elaboradores que eson la familia Chivite.
Finca Arinzano es una preciosa bodega dirigida por Leo Vicente Fernandez, como director de bodega, y Manuel Lopez Iribarnegaray como responsable técnico de viticultura, ambos un pozo de cultura enológica con los que disfrute mucho de su formación.
El Señorío de Arínzano es un espacio protegido que constituye un rico hábitat natural. La bodega fue diseñada por el famoso arquitecto español Rafael Moneo y encargada por la familia Chivite.
La finca ocupa un valle formado por las últimas estribaciones de los Pirineos, dividido por las aguas del río Ega. Así se crean los exclusivos microclimas que diferencian el cultivo de la vid. La propiedad cuenta con 355 hectáreas de las que 128 están dedicadas al cultivo de viñedos de Pago de Arinzano. Sus diferentes alturas y orientaciones, así como la selección de los viñedos plantados le confieren esa distinción única para la elaboración de sus inmejorables vinos.
Finca Arinzano es una preciosa bodega dirigida por Leo Vicente Fernandez, como director de bodega, y Manuel Lopez Iribarnegaray como responsable técnico de viticultura, ambos un pozo de cultura enológica con los que disfrute mucho de su formación.
El Señorío de Arínzano es un espacio protegido que constituye un rico hábitat natural. La bodega fue diseñada por el famoso arquitecto español Rafael Moneo y encargada por la familia Chivite.
La finca ocupa un valle formado por las últimas estribaciones de los Pirineos, dividido por las aguas del río Ega. Así se crean los exclusivos microclimas que diferencian el cultivo de la vid. La propiedad cuenta con 355 hectáreas de las que 128 están dedicadas al cultivo de viñedos de Pago de Arinzano. Sus diferentes alturas y orientaciones, así como la selección de los viñedos plantados le confieren esa distinción única para la elaboración de sus inmejorables vinos.
Al hablar de sus vinos, hablamos de vinos de autor de máxima expresión y disponibles únicamente en ediciones muy limitadas, por lo que estamos hablando de unos vinos con un único inconveniente para esta época de crisis, su precio, qué si nos lo podemos permitir Va a ser sin duda una experiencia única (lo garantizo pues he tenido la suerte de probar sus tres añadas en una cata vertical mitica). 2008 fue el año de lanzamiento de las tres primeras añadas del Gran Vino de Arínzano creado por Fernando Chivite.
Arinzano 2000 Color sombrío, profundo, poco evolucionado. Aroma muy puro, intenso, fresco; notas trufadas, regaliz, habano. Se desarrolla aireación sobre notas de ciruela y mora. Ataque dulce, aterciopelado, evolución sabrosa, densa, final largo y sedoso. Características que definen este vino: Clásico, armonioso y elegante. Buen desarrollo en botella. Variedades de uva: 35% Tempranillo, 38% Merlot, 27% Cabernet Sauvignon Crianza: 14 meses de crianza en barrica francesa 60% nueva y 40% de 2º vino. |
Arinzano 2001 Soberbio color rubí sombrío. Aroma nítido, muy intenso, frutos negros, mora, ciruela, cuero nuevo, cacao, cereza al Armagnac. Ataque potente y fresco, muy aterciopelado sin pesadez, gran equilibrio. Evolución envolvente, final suntuoso, carnoso y sedoso. Características que definen este vino: Noble, fino y elegante, seductor. Gran capacidad de envejecimiento en botella . Variedades de uva: 42 % Tempranillo 40 % Merlot 18 % Cabernet Sauvignon Crianza: 16 meses de crianza en barrica 50 % nueva y 50 % de 2º vino |
Arinzano 2002 Color muy profundo, intenso, muy joven. Aroma potente, cautivador, complejo, notas de trufa, frutos rojos y negros variados, "myrtille", mora, cereza; matiz de chocolate negro, desarrolla en aireación sobre notas de casís (grosella negra). Ataque aterciopelado, potente y fresco. Evolución deliciosa, fundente y densa. Final muy largo, mineral... Muy característico del terruño que lo produce. Características que definen este vino: Complejo, expresivo; vivo, excepcionalmente joven. Evolución en botella muy lenta. Variedades de uva: 52 % Tempranillo, 32 % Merlot, 16 % Cabernet Sauvignon Crianza: 14 meses de crianza en barrica francesa 60 % nueva y 40 % de 2º año. |
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