jueves, 11 de julio de 2019

POLLO

POLLO de JORDI VALLS




Los poquitos ratos libres que puedo mirar de aprovechar para mí, que son muy poquitos, me encanta rodearme de una buena lectura, acompañada de una copa de buen vino, y esto es justo lo que he hecho este fin de semana, y  he leído parte del poemario POLLO, de mi querido amigo Jordi Valls.

Para quien no lo conocéis, Jordi es un poeta  Colomense, de los de carácter Colomense, muy  comprometido con la ciudad, y con el cual disfruto mucho cuando coincidimos y ambos tenemos un poquito de tiempo libre, y en esos pequeños intervalos de tiempo lo aprovechamos para entablar una ardua conversación en ocasiones  banal, o no, pero desde luego  siempre llena de buen saber y sumamente intelectual, un placer sin duda,esos pequeños ratos de conversación tan positiva.

Lo interesante y cierto es que la lectura de POLLO, me ha trasmitido, paz espiritual, al tiempo que sin saber porque me evocaba aromas, sabores y recuerdos que mi mente, extrapolaba a sensaciones gratificantes y placenteras que solamente ciertos vinos llegan a desarrollar, una lectura que hacía volar mi mente al frescor puro y natural de la ribera Sacra, a ese entorno privilegiado y natural, a la vez que complejo esotérico y místico. Me integraba como por magia  a esos lienzos cromáticos cambiantes, que según la época del año, van pintando el entorno y paisaje gallego, pero también como por asistencia e influencia de las meigas, a esas largas y maravillosas mañanas de una niebla gris eterna.



Desde luego nada que ver posiblemente con el temario poético de POLLO, ¡o si!, ¡o no!, ¡no sé!
 Pero lo que sí creo,  es que esa levitacion no corporea, se debía a  la lectura de la poesía surrealista, casi mística, espiritual que trasmite Jordi Valls, casi como si de un Chaman se tratara. Jordi, es el narrador de las escenas más singulares y estrafalarias pero a su vez, las mas armónicas y conjugadas que un ser pueda imaginar.
Interconectar la mente con el cuerpo en una sensación zen, es de lo más difícil, para los que como yo, nuestra vida la vemos pasar en un estado de  stress continuo y endémico, esa sensación tan grata de relax, tan placentera, tan gratificante sin duda no tiene precio.
La poesía prosaica de Jordi, irreverente y singular, única, seria su definición, donde no eres capaz de definir lo que es humor irreal, de la realidad reinterpretada, es sin lugar a duda el aroma y sabor de un buen Godello de la Ribera Sacra, donde la fruta fresca es combinada con el castaño y la Acacia, donde el sotobosque de fondo reinterpreta el vino, y los atisbos de la humedad matinal de los cañones del Sil, es la prosa en aroma.
Destaco de POLLO, sin dudarlo el alegato a su pueblo, a la referencia de los gigantes que se garrotean, de Isaias que “caga” en la viña del Sabater, del sabor  surrealista, que reivindica el civismo, la multiculturalidad de ese pueblo situado a los pies de la Vall de Carcereña, oda libre y despejadora de la mente y el alma. Así es GRAMENETUM.



Jordi, cabal y sensato, ha sido capaz de montar el POLLO de sabores, de aromas y de sensibilidad con su poesía, salut i POLLO.