domingo, 28 de junio de 2020

Pago de Ina


Pago de Ina

Hace días que tenía pendiente hablar de la bodega Pago de Ina, pero la situación familiar y también el momento poco agradable de la pandemia, de alguna manera me retiraba del teclado, me alejaba de él, sin ganas de escribir ni siquiera de pensar,  hoy con ganas y fuerzas renovadas he acabado este escrito para que podáis conocer una bodega y unos vinos que me han sorprendido gratamente y es de justicia llevároslo hasta vosotros.

Bodega y vinos que conocí hace algún tiempo de la mano de un buen amigo Rafa, entusiasta de la buena mesa y del vino, al que por ponerle algún defecto no es colomense, pero aun así he de decir que es una  gran persona que dedica  parte de su vida a muy buenas obras sociales.




Cerquita de la milla de oro en pleno corazón de la D.o. Ribera del Duero se encuentra la población de Olivares del Duero, paraje idílico rodeado de viña y tradición vitícola.

En este Paraíso terrenal de la viña encontramos la bodega Pago de Ina, una bodega que elabora  unos vinos más que sorprendentes, con uvas procedentes de viñas de más de 30 años, llegando algunas de ellas a superar  los 60 años, plantadas sobre suelos pobres calizos,  a una altitud de entre 600 y 800 metros sobre el nivel del mar.

Una bodega donde el mimo hacia  su viña y  la elaboración de sus vinos es su premisa más importante, haciendo de esta premisa su más preciado tesoro. El resultado, de esta pasión son unos vinos de gran calidad, maravillosos de corte actual moderno, muy fresco y abierto, donde la sutileza y la elegancia es su principal cualidad.

La elegancia de sus vinos es reflejo de su terroír, viñedos en altura en zona que aflora en superficie la capa de caliza, que puede llegar a tener hasta medio metro de grosor, un privilegio que tan solo podemos encontrar en los viñedos más privilegiados del mundo.

Vinos expresivos, amplios en boca con matices sutiles y refinados, bien trabajados. La vendimia se realiza de forma manual, en pequeñas cajas de 20 Kg que ayudan a mantener el estado óptimo de la uva hasta su llegada a la bodega. Se aplica una primera selección de racimos en la propia viña, y una segunda selección en mesa de selección a la llegada a la bodega.


La uva se despalilla y, sin estrujar, se procede al encubado para realizar la fermentación a una temperatura controlada de 24ºC aplicando suaves remontados.

Pago de Ina realiza una crianza de 14 meses en barricas de roble francés, y se le aplican trasiegos cada 3 meses. Una vez finalizado el envejecimiento, reposa en botella durante 1 año antes de salir al mercado.

Pago de Ina remarca calidad en cada uno de sus vinos, impregna buen hacer en cada rincón de su bodega, y nos llena de placer el paladar y el alma,,

Salut i Pago de Ina.