jueves, 22 de noviembre de 2012

Sierra del viento



Sierra del viento
Moscatel de Alejandría
Vino dulce


Cuanto he de aprender todavía, cuanto más pruebas y catas en este mi oficio, mas cuenta te das de lo lejos que estas de saber algo de él, cada cata, cada día te puedes sorprender mucho y siempre acabas encontrando algún vino con sentimiento y pasión.
Este es el caso de un riquísimo vino dulce de Cariñena, que tras una cata quede prendado de el, un escaso y original moscatel dulce a la antigua usanza, rustico y tradicional de la cooperativa San Valero de Cariñena. 
Con una producción de 1500 botellas nada mas, el Sierra de Viento es un  Vino de Licor, de muy complejos y atractivos aromas y sabores, lleno de matices.
Este vino recibe el nombre de El cierzo, viento característico de la Sierra de Algairén que sopla fuertemente sobre la viña vieja de más de 30 años de antigüedad  de este  moscatel de Alejandría en  Encinacorba.
Como ya he comentado una edición limitada tan solo 1500 botellas de este preciado elixir, que se elabora con unos criterios muy estrictos de calidad, la vendimia se realiza de forma  manual  a finales de noviembre para conseguir así una buena sobre maduración de las vayas,  la viña se asienta en un terroir sobre laderas de fuerte pendiente a más de 800 metros de altitud,  en un paraje que destaca por su excepcional pedregosidad de pizarras y cuarcitas, mineralizad  que influye directamente y de forma muy positiva en las características organolépticas de este licor de moscatel.
El resultado es magnífico un vino dulce, muy contundente, nada empalagoso y muy fresco, de lindo color ambarino con reflejos topacio oscuro. Su nariz, es  muy expresiva, amplia y llena de recuerdos aromáticos muy sutiles que te pueden recordar a  los aromas frutales y florales, incluso especiados. En boca es muy equilibrado, sabroso, glicérico y los azúcares aparecen enmarcados en una fina acidez frutal, integrada y muy equilibrada.
Bendito sea este vino para acompañar los dulces navideños que se nos vienen encima en breve.

martes, 20 de noviembre de 2012

Martialis 2011



Martialis 2011

Me encanta ver cumplir  los sueños, me encanta la gente que al igual que yo pone pasión en sus ideas, e intenta de todas las maneras poder realizarlas, y me encanta que estos sueños, proyectos o ideas, acaben siendo algo de lo cual uno se puede sentir orgulloso del resultado final, y encima que este sea de alta calidad.
Este es el caso de Martialis 2001, el vino que elabora mi amigo Rafa Blanco del restaurante la terrasa del museo en Tarrasa junto con Artur Martinez del Restaurant Capritx, juntos y bajo una idea común, la de  recuperar la viña en el Valles Occidental, esa tradición vitivinícola, que durante siglos moro en esa tierra, de esta manera inician el proyecto de elaborar un vino a partir de una viña de más de 60 años de uvas de Macabeo , en Ullastrell.
Can Morral del Moli  es la viña de Xavier Morral, que está situada en el término municipal de Ullastrell. Esta finca es de Macabe,  muy vieja, con más de 60 años. Para la elaboración del vino contaron con la complicidad de la  bodega Mas Candi del Penedès, donde un enólogo  superviso el proceso de maduración en la viña y la elaboración del mismo. Rafa Blanco y Artur Martínez ofrecen el primer vino de autor de la comarca, recuperando así la milenaria tradición vitivinícola de ella.
Todo es muy bonito pero lo querealmente  importa en definitiva es el vino, si este está bueno o no. Pero es que Rafa y Artur, han conseguido elaborar un fantástico vino, con mucho sentimiento y pasión, fresco, floral y muy gentil  al paladar.
Martialis 2011, como sus autores citan en la etiqueta es un vino con personalidad Laitana procedente de cepas viejas, Martialis hace mención al poeta romano precursor de los epigramas, de los cuales escribió doce libros. Y el cual retrata con fiabilidad que en el siglo I de nuestra era, el Valles Occidental era una zona rica en viñedos de calidad.
Martialis 2011 es un rico vino blanco, de una producción de 940 botellas, con un color amarillo pálido de ribete acerado, limpio y con buen brillo de elegante en nariz, muy nítido  y expresivo, con claras notas de fruta blanca madura, recuerdos cítricos y alegorías florales. Todo ello acompañado de un buen fondo de especias y bollería. La boca corpulenta, grasa con buena acidez y recuerdos de los matices de nariz, largo y muy bien estructurado, lo cierto es que tenemos en él un buen vino que de seguro no te ha de dejar indiferente
Para mí es un perfecto referente de los nuevos vinos blancos de calidad, que gracias a dios están apareciendo en estos últimos años y que hace que día a día redescubras la importancia de los vinos blancos.
Un bonito sueño hecho realidad de la mano de dos grandes profesionales, enhorabuena por vuestro vino, y larga vida para tan bonito proyecto.





lunes, 19 de noviembre de 2012

Jamon Iberico de bellota Tibuto Don Alfonso




De Jabugo, Guijuelo, Extremadura, Huelva, o de los Pedroches. De bellota, cebo, o de  recebo. Criado en dehesa o en  montanera. Raza  ibérico o bien de cruce. La verdad es que puede ser muy complicado entender la jerga que se utiliza en el mundillo de los jamones de calidad, a veces comprender lo que te ofrecen puede confundir al consumidor final, que para bien su único criterio es el de ¨me gusta o no me gusta¨. Criterio el cual comparto, puesto que me he encontrado un sin fin de veces que amparándose, a afamadas marcas el jamón que venía detrás de ellas no estaba a la altura. Aunque también es verdad que estos años pasados de bonanza económica, dio pie al todo vale, refiriéndonos así al precio y al exceso de ventas que obligaba en muchos casos a vender producto muy por debajo de los marchames de calidad.
Hoy cierto es.  que la caída de las ventas del jamón ibérico, ha propiciado una rebaja importante  del precio de venta, a la vez de que se puede llegar a encontrar en el mercado buenos jamones, con sus tiempos de cría y curación bien marcados.
También es cierto que si buscas encuentras como es el caso de una marca de reputada fama, la cual tuve el otro día el placer de probar, de la mano de su distribuidor José pintado. Esta marca Aljomar elabora en Guijuelo muy buenos jamones ibéricos de excelente calidad.
Aljomar es una empresa familiar constituida en el año 1989, por D. ALFONSO SÁNCHEZ BERNAL y su esposa Doña. Mª del CARMEN SÁNCHEZ ALVAREZ. Dedicada a la elaboración  de un sinfín de productos del cerdo de alta calidad, amparados bajo la marca Aljomar, reconozco que todo lo que probé me encanto, reconociendo así su extremada calidad, cuidado y mimo que le prestan a sus productos. Pero he de reconocer que soy un sibarita y apasionado de la máxima expresión en todo aquello que se relaciona en mi entorno profesional, y si tengo que alabar algo de esta empresa sin duda es el jamón Tributo Don Alfonso, marca Premium, que se centra en resaltar cada detalle de un minucioso cuidado de sus productos.
Un criterio de selección  de cada una de las piezas que forman esta serie, bajo unos estrictos criterios, como son el peso, la calidad, el tiempo de maduración en bodega. Un cerdo ibérico de raza seleccionado que a partir de los tres meses de su nacimiento pastan y se alimentan de forma libre y natural en las dehesas, comiendo lo que la sabia naturaleza pone a su disposición y complementada con cereales de origen natural.
Esta etapa del crecimiento del animal finaliza en la montanera, para diferenciar así el  producto final que se obtendrá de él.
Una lenta curación del jamón por un espacio aproximado de 48 meses, cran asi unas piezas delicadas de máxima calidad, tan solo 200 unidades de este esmerado jamón, que tan solo unas pocas mesas podrán disfrutar, estos jamones certificados “Tributo” llevan escrito a mano por su creador el numero de la pieza,  rareza gastronómica muy seleccionada y de pequeña producción puesto que de las 200 piezas algunas no se sacan a la venta y su destino final son eventos y ocasiones especiales de la marca.
Tributo es un jamón con un precioso rojo vivo, de grasa sutil y fundente muy aromático, que engancha con gran facilidad en el paladar, sutil y elegante. Delicioso, con gran recuerdo sápido en la boca y retro nasal, solo cabe el adjetivo de magnifico.
Aunque sea un producto muy elitista y quizás destinado a una pequeña minoría de consumidores, creí conveniente hablar de el por su extremada calidad que no te deja indiferente, un producto de alta gama, gourmet que conserva el sabor tradicional del buen jamón ibérico de bellota.

Paco Cordero


miércoles, 14 de noviembre de 2012

Mulsum

En La revista digital Santakomola publicaron un articulito mio sobre un gran producto el Mulsum, aqui teneis el link http://santakomola.com/?p=5006 no dejeis de visitarl la web y alli podeis leer muchos de mis articulos.


Reproduccion de lo publicado en Santakomola.

 
 
 


Es bien sabido que la civilización romana, en muchos segmentos de su sociedad vivió adelantada a su época. Los romanos fueron los precursores de la viticultura moderna, crearon tratados de viticultura y ampelografía y estudiaron la adaptación al medio de las variedades. De alguna manera fueron precursores de los vinos con denominación de origen, ya que llevaban por todo el Imperio vinos de las provincias conquistadas: Tarraco, Barcino, Betulo y otros vinos de la Hispania también eran bien considerados y tenidos en cuenta en las mesas de los pudientes romanos. Además, crearon a nivel enológico nuevos vinos y técnicas de elaboración y conservación, a la vez que diferentes conceptos gastronómicos para ellos.
Vinos como vinum palssum, vinum mulsum y los vinos macerados en resinas, fueron obras maestras de la cultura enológica romana, vinos que quizás hoy no comprenderíamos, o quizás sí, pero lo cierto es que en esa época crearon estilo y tendencia.
Actualmente, de ese legado enológico tan solo nos quedan un puñado de escritos, cómo los de Columela y Paladio, alguna que otra ilustración en cerámicas y algo de interés de cómo podían ser esos vinos con los que hace más de 2000 años nuestros ancestros se deleitaban y disfrutaban.
Fruto de este interés, de la mano del viticultor Miquel Sunyer, del enólogo Josep M. Vaquer y el historiador Antonio Aguilera en la Terra alta han recuperado el buen hacer de la elaboración del vino Mulsum, que literalmente traduciríamos como vino amielado, una ¨receta romana” de un vino elaborado a partir de la fermentación conjunta de los mostos frescos de uva y miel.
Este vino fue muy apreciado, no solo por la civilización romana, sino también por la griega. Fue el vino preferido por los gourmets grecorromanos para acompañar postres, pero sobre todo como aperitivo antes de las fastuosas mesas romanas. Se servía en la primera parte de la cena, la llamada gustatio que, influída por la importancia del vino Mulsum, pasó a llamarse promulsum.
El Mulsum es fruto de los mostos frescos de Garnacha blanca bien madura de la Terra alta junto a la miel y representa la materialización contemporánea de los sabores de hace más de 2000 años. Es el resultado de un estudio meticuloso que ha seguido fielmente las instrucciones de vinificación y las proporciones indicadas en los textos de Columela y Paladio.
Gracias a esta investigación de la historia, la antigua enología y la inquietud de sus promotores el Mulsum ha vuelto a la vida después de 2000 años.
Por mi parte he de reconocer que me gusta la iniciativa y me atrae el hecho de poder probar un vino, que posiblemente en Santa Coloma ya se elaboraba y se bebía hace más de 2000 años. Me ilusiona pensar que aquellos colomenses de época romana ya eran buenos gourmets en una ciudad que hoy día se considera gastronómica.
Con un color amarillo pálido y ribetes dorados, de lágrima densa y lenta, muy límpido y brillante, con aromas que desde el primer momento saltan de la copa y recuerdan a la uva bien madura, a cítricos interesantes, y flores blancas. Un preciado toque de frutas maduras de hueso y grandes notas de miel, de brezo y de monte bajo. Todo ello junto a una extremada sutileza y armonía. Deja la boca dulce y aterciopelada, amielada al extremo, pero con una fresca chispa cítrica. La verdad es que la cata de este preciado vino dulce es muy placentera y extraña pues conjuga el sabor y olor de un vino junto a la sutileza de la miel. Desde luego no te deja indiferente, pero he de reconocer que es un poquito difícil de entender.
Debería ir al Turó del pollo, al museo de Torre Balldovina o quizás a las antiguas viñas de la ciudad con una botellita de Mulsum y tomarme una copita con los ojos cerrados para hacerme a la idea de que sentían nuestros abuelos romanos cuando probaban ese vino.

Paco Cordero