domingo, 29 de enero de 2012

Lo frare panxut

Cuando hablamos de vinos blancos, en lo primero que suele pensar una gran mayoría de la gente es sobre todo en vinos jóvenes, muy frescos, ligeros y sumamente aromáticos. En vinos cuya temperatura de servicio siempre es generosamente fría y que siempre han de acompañar pescados y marisco. Ésto es lo que en nuestras latitudes siempre nos han hecho entender por un vino blanco. Bajo esta tipología tan simplona han aflorado cientos de vinos, de relativa calidad, de estándares comerciales fáciles en el mercado y casi clónicos entre ellos. Aunque si nos paseamos por el mundo, nos encontramos con que los más grandes vinos blancos siempre van unidos a algún tipo de crianza, como podría ser el caso de Riojas de reputado prestigio y los grandes blancos franceses.

Al hilo de esta cuestión, hace ya algún tiempo llegó hasta mis manos unas botellas de un vino blanco singular de cualidades extraordinarias, que en cierta manera me recordaba al vino de antes e incluso a los vinos de payés ancestrales, con marcada personalidad: Lo Frare Panxut.
Lo Frare Panxut nace en una finca de una finca de Vernacha (Garnacha) Blanca, que al parecer fue plantada en 1934. El nombre tan singular de este vino cuyo viene dado por el nombre de una gran roca con este aspecto que preside el valle del riu Cèrvol. La finca está ubicada entre Rosell y Vallibona (al norte de Castellón) y allí se fermentaron las uvas en una única barrica de roble francés, obteniendo las 272 únicas botellas que se han elaborado de este exquisito vino. Tras su fermentación, se mantuvo el vino en la barrica de roble francés durante 5 meses y se embotello en Abril del 2011.

Un gran vino, quizás muy difícil de entender para el gran público, pero que sin duda puede enternecer a los más adelantados y, seguro, hacer saltar alguna lagrimilla a los entendidos. Para mi es uno de esos vinos de culto y casi liturgia que se precisa disfrutar en silencio, paz y recogimiento o bien acompañado con algunas sutiles notas musicales de fondo. Es para disfrutarlo sin prisas, puesto que a cada sorbo nos descubre nuevas notas, nuevas facetas de su personalidad y es capaz de trasformarse a cada momento.

De color cobrizo, quizás con recuerdos anaranjados, nos denota su clara oxidación, virtud sin dudarlo de este vino. Su nariz delata un sinfín de frutos secos, propios de la oxidación, junto a notas seductoras de fruta blanca. Melocotón maduro y albaricoque, y recuerdos de lacteos. Voluminoso en boca, muy graso, incluso nos puede llegar a recordar a la mantequilla, siempre guardando mucha frescura y equilibrio.

Lo Frare Panxut, puede presentarse muy bien a ciertas carnes, guisos salseados y comidas con cierta potencia, pudiéndose servir a una temperatura de 10º centígrados.
Sin dudarlo, lo frare Panxut, es gran vino para aquellos que quieran conocer el vino blanco visto desde otra perspectiva.


 Esre articulo ha sido publicado en  www.15dies.com el dia 11 de Enero 2012

No hay comentarios:

Publicar un comentario