domingo, 29 de enero de 2012

El nou de + de 500

Articulo publicado en santakola el 9 de Noviembre de 2011  http://santakomola.com/?p=4328


El nou de ­+ de 500 es un vino blanco elaborado con montònega, una antiquísima variedad recuperada recientemente, relacionada directamente con la parellada, de un color quizá más rosado. La parellada montònega, se adapta muy bien en tierras altas a diferencia de la parellada de la llanura fértil del Penedés. Es en el Pla de Manlleu, a más de 500 metros de altura, donde ha encontrado el mejor entorno de adaptación y donde mejor ha podido expresar todo su potencial enológico. Es posible que ésta, actualmente casi extinta variedad, viajara desde el reino de Nápoles, en el sur de Italia, en el siglo XIV, bajo el nombre de “montonico bianco”.
+ de 500 es un vino con muy poquita graduación, tan solo 9.5 % de volumen de alcohol, por lo que no ha podido incorporarse en la d.o. Penedés que exige en su reglamento vinos de más del 11 %. Estamos hablando, por tanto, de un vino enverado o verde, pero elaborado así a propósito.
Lógicamente, para obtener este tipo de vinos la recolección de la uva se ha realizado de forma muy temprana, cuando todavía no está madura y conserva un cierto nivel de verdosidad, (aunque con el suficiente azúcar para alcanzar un grado alcohólico óptimo).
El principal objetivo de sus elaboradores, es crear un vino muy fresco, de poca graduación y de paladar ligeramente ácido, pero que guarde y mantenga cuerpo y expresión. Y realmente lo han conseguido, pues es un vino que, lejos de su frágil apariencia inicial, sorprende plenamente a los sentidos desde la primera cata.
El resultado es un vino totalmente diferente, distinto e inquietante. De color amarillo muy poco intenso y con tonos verdosos que irradian luminosidad y brillo.
La originalidad se encuentra principalmente en sus aromas, con sus características notas distintivas que a mi criterio marcan claramente su perfil diferenciador. Son notas de intensidad media, florales y de fruta blanca fresca (manzana verde), con recuerdos de almendra verde, de hierba húmeda y con un final levemente anisado que puede recordar al hinojo.
Pero la verdadera sorpresa llega en el momento de ponerlo en la boca: la poca graduación lo convierte en fresco y ligero. Llegando incluso a parecer, en un primer momento, un vino corto e insulso, pero no hay que precipitarse, ya que unos instantes después despierta en la boca y expresa la fuerza de la uva, no basada en el alcohol sino en la estructura. Así llena la boca con un nervio sorprendente, siempre con la frescura omnipresente de una acidez cítrica y muy viva, que en ningún caso resulta molesta o desagradable.
Como siempre, y bajo mi gusto personal, busco esta nota distintiva en los vinos, lejos de otros más convencionales y comerciales, aprecio y valoro iniciativas como esta, que se apartan de la rigidez de los reglamentos establecidos, haciendo vinos distintos, rebeldes y con gran potencial para los mercados más inquietos.
Siempre tiene que haber alguien que sea el primero en ofrecer algo distinto y éste ha sido el caso de los viticultores del Pla de Manlleu. Han creado una asociación que ampara a todos los viticultores de las tierras pertenecientes a El Pla de Manlleu (Aiguamúrcia) y los municipios colindantes (Querol y la Joncosa del Montmell) que se encuentren situadas por encima de los 500 metros de altura respecto al nivel del mar.
Paco Cordero











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