Bodegas Figuero
Sorpresas en el mundillo del
vino, siempre las tienes, sin más por la puerta de bodegas Figuero abre podido
pasar unas cuantas veces sin darle importancia a lo que allí podía haber, pero
un buen día de la mano de un amigo y gran profesional, tuve la suerte de probar
su vino más destacado e importante, al menos en cuanto a los críticos se
refiere, porque para la familia Figuero
todos sus vinos son importantes, lo cual les honra y mucho. Pues bien, como decía probé el Tinus, vino de autor
de larga guarda, y joya enológica, del cual he de decir que me sorprendió mucho
dejándome un grato recuerdo de él.
Pasado algún tiempo, no mucho,
tuve el placer de conocer a la encantadora familia que dirige y regenta la
bodega, y así probar y hablar largo y tendido de sus vinos, pude probar toda su
bien elaborada gama de vinos y debo decir en honor a la verdad, de que cuidan y
miman, todos y cada uno de sus productos. Gama compuesta por cinco vinos que
van desde un roble de cuatro meses de barrica hasta su insignia el Tinus.
La bodega y viña están ubicadas en el corazón de la
Ribera del Duero en la población de la Horra entre Roa y Aranda del Duero, la
familia han sido viticultores desde siempre de varias generaciones, y habían vendido la uva de sus
45 hectáreas a bodegas de mucho
prestigio de la zona, uva siempre con la
exigencia de la excelencia. Las viñas de orientación Norte-sur, y alturas entre
los 750 a 800 mt. son de la variedad tinta del país, y de las 45 hectáreas que
la bodega posee, 25 son de viñedo muy viejo con más de 60 años. Es en el año 2001, cuando José María García y Milagros Figuero, junto a
sus tres hijos, decidieron empezar a
elaborar sus propios vinos, para la gran suerte de todos los que amamos el vino. La bodega está dotada
de medios actuales de calidad para el cuidado y mimo de sus vinos, trabajan por
gravedad, remontados automáticos y control de temperatura que junto a su sala
de barricas subterránea, que con una temperatura controlada todo el año entre los
12 a 15 grados centígrados envejecen el distinguido vino en sus más de mil barricas.
Como gran vino, me gustaría citar
su crianza, de la variedad tinta del
país, con un 80% de viña de entre 20 a
40 años, y el 20% restante de viña de más de 50 años, recogida manual en cestas
de castaño de 12 kg. Antes de la fermentación se realiza una maceración pelicular
de dos días, tras la cual fermenta a temperatura constante de 29 grados centígrados,
por un tiempo de 10 días, Su envejecimiento es por un
periodo de doce meses mínimo en
barricas nuevas de entre uno a tres años, de roble francés y americano en un
porcentaje de 15 y 85% respectivamente. Que da por resultado un precioso vino
de color cereza picota intenso muy cubierto de capa alta, denso y ribetes
azulados muy brillante a la vista. Con una nariz muy seductora y muy bien
equilibrada entre la fruta y la madera. Con un predominio claro de las
frutillas negras maduras, ciruela pasa, especies sutiles, cedro y maderas
nobles, así como un agradable fondo de tostados que recuerdan a los torrefactos
como el café o algún regaliz. Boca aterciopelada, golosa muy sápida, con un
prolongado final, de taninos muy maduros y sutiles matizados por los
procedentes de la barrica, en una perfecta armonía entre ambos. Con un
retrogusto, ligeramente balsámico, y muy fresco. Digno vino para armonizar con
un buen asado, y por qué no disfrute también de una buena y larga sobremesa. De
todas formas disfrutar de bodegas Fieguero desde su media crianza, hasta sus
gamas Premium es un placer, y una muy buena elección, vino con tradición,
actuales y con gran personalidad, que a bien seguro no deja lugar a duda, ni a
expertos y a eruditos, siempre son una sabia elección.
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