Arde Galicia
Hola, soy Paco Cordero, natural de un bonito y marinero
barrio de Barcelona el Poblenou o Poble
nou, al que en mi niñez lo denominaban la Manchester catalana por su nutrida
industria, nací haya por el año de dios de 1966, o sea que tengo de tener alrededor
de 50 años, medio siglo ya de vivencias buenas y
menos buenas pero siempre vivencias. Hijo de Francisco y Carmen, naturales de
Badajoz y Almeria respectivamente y catalanes de pura cepa por adopción, esto
gustaba decir en aquellos entonces.
Mi infancia creció lenta y felizmente entre agencias de
transporte y una febril industria de todo tipo, que poco a poco se apagaba y
daba paso a una “ciudad mejor” esa de las olimpiadas del 92,pero fue en mi
juventud junto con mi mujer que por trabajo tuvimos de descubrir Santa Coloma
de Gramenet,” lo cualo” “ que es eso”, decíamos a nuestros 23 añitos, donde
esta eso, es lejos de aquí, no se pues así
que, ¡cap a Singuerlain nos fuimos!!
Bendito descubrimiento, el pueblo donde trabajo, el de mi vida, donde crecí y me hice grande donde, a día de hoy puedo decir con gran orgullo ¡¡¡soy Colomense!!!, es donde soy feliz, y donde lo
poco o mucho que soy, ha sido gracias a mi ciudad, donde me siento tan querido.
Por lo tantoooo…. lo
de Europeo porque… de esta famosa frase cómica o no, de un político más, de los
tantos y tantos que con poca gracia deambulan por ahí, deduzco que, pues bien, si nací en poblenou y me
hice mayor en Santako, soy catalán.. Si catalán porque lo siento, pero no
reniego ni por un momento de los orígenes; los míos, los de mis padres y los de
mi mujer.
Soy catalán, de lo no catalonoparlantes (reconozco que por
vergüenza de hacerlo mal, no lo hablo, no sabría decir porque pero no soy capaz, con pena,
mucha pena, pues es mi idioma, parte de mi cultura y de mi
identidad. Pero nadie, absolutamente nadie me lo ha echado en cara nunca, perdón uno
si un Belga, cosas de la vida), pero como ya he dicho por motivos familiares, conocí
mi otra gran pasión, mi otro gran amor ¡Galicia!.
Los que me conocéis, me habréis escuchado decir una y otra,
y otra vez, que me gustaría pasar el final de mi vida en la ribera sacra,
rodeado de viñas.
Siempre os digo, y
repito que mi sueño es, humilde una
casita pequeña, con vista al río, mis libros un ordenador donde escribir, una
camiseta vieja llena de manchurrones de azufre de los que te haces sulfatando
la viña y unos zapatos viejos negros de rejilla, dados de si , ¡¡hay se me
olvidaba!! Y una vaca, aunque no sé qué
hacer con ella, pero en Galicia sin una vaca, no es lo mismo. Todo esto junto a
una copa de buen Godello y horas de aburrimiento y meditación mirando al Miño.
Por eso hoy con los gravísimos incendios que han arrasado mi
querida y anhelada Galicia, y con la rabia y la impotencia del momento,tengo
dentro de mí una pena grandísima un desgarro intenso en mi corazón.
Un llanto desmedido de ver como algo tan maravilloso se
quema.
¡¡Ya está bien!! ¡¡Basta ya!! De atentados ecológicos, de
agravios a la naturaleza y a las personas, en nombre de la sátira especulación
del miserable y odioso dinero. Por dios basta ya.
Nunca mais.
Extiendo mi pesar y olor a Astucias y Portugal que también lo están pasando muy mal con los incendios, basta ya, nunca mais.
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