Luis Cañas
Hoy, no toca de hablar de ningún
vino, ni siquiera de ninguna bodega, aunque hablar del hombre, hablar de el de
Luis Cañas quizás nos evoque, vino y bodega, pero quizás hoy lo importante es
hablar de el de su figura y de quien es.
Sin duda sobran las palabras
cuando el esta y habla, los sonidos que se pueden oir, que hablan es hasta el silencio, abnegado, trabajador fiel
a la familia y un autentico alabador de su fallecida mujer a la que siempre
tiene presente y te cuenta con orgullo alguna anécdota de ella.
Su presencia por si sola llena la
bodega recuerda las vistas que han pasado, y no tiene ningún reparo ni pereza
en enseñarte su bodega, y explicarte su filosofía, en hacerse una foto contigo,
como el dice ya no va de una más, orgulloso de ello le llena de placer
satisfacer a sus amigos y vistas.
Como ya he dicho hoy no quiero
valorar sus vinos, y respeto a todos las opiniones que al respectos de ellos
hay, y están presentes en nuestro mundo del vino, aunque a mí personalmente de su
bodega lo que destaco y eso si con
esmero es su reserva de la familia, único y singular que destaca el amor a su
familia, y el proyecto que en su día inicio con su mujer, en donde encontraron
los mejores viñedos de cada herencia, y de ahí fruto de esos viñedo nace el
reserva de la familia, aunque no tiene reparo en decir que la singularidad de
ese vino son las uvas de cabernet suavignon de viñas experimentales que posee
la familia.
He de decir que de Luis Cañas los
vinos de su bodega Amaren me encantan,
vinos con personalidad y muchísima calidad .La bodega Amaren, que crean en honor a su esposa, es una
apuesta por una viticultura de autor de expresión y alta calidad. El vino Ángeles
de Amaren, así como su viura fermentado en barrica son un claro exponente de
ese espíritu de autor y un referente de su calidad.
Pero sigamos hablando de el de la
figura del creador de la bodega y el creador del vino, 86 años llenos de
rabiosa vitalidad, al pie del cañón de su bodega controlando y supervisando
todo lo que en ella acontece, hasta hace dos vendimias al pie de la mesa de
selección para que a su vino solo fuera la mejor uva.
Siempre he dicho que un vino es
un paisaje en estado liquido, que es el reflejo del terroir del entorno del
clima, de su sol de sus nubes, de las lluvias y también es el reflejo del alma
de su creador y en este caso es la teoría aplicado ver los ojos vidriosos
marcados por la edad de Luis es ver el fondo de su pasión y amor por un
terroir, por un vino y por una filosofía, es ver relejado su vida en sus vinos,
y lo mejor el saber emocionarte a ti cuando estas escuchando su sabiduría.
Paso lento, pero firme y muy
ágil. El sin prisas, ya no las necesita,
el ya lo tiene, tiene su pasado, su presente y además sabe que su futuro está
ya plasmado en su bodega en sus vinos y en su legado familiar, desde luego
Luis, es un referente vivo del buen hacer de la amabilidad y la tradición que
muchos elaboradores tendrían de tomar como ejemplo.
Sin duda alguna muchas veces,
quizás es mas importante hablar de la persona que de sus vinos pues sin dudarlo
al hablar de el, se comprenden sus vinos.
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