viernes, 15 de agosto de 2014

Luis Cañas el hombre

 
 
 
 
Luis Cañas
 
Hoy, no toca de hablar de ningún vino, ni siquiera de ninguna bodega, aunque hablar del hombre, hablar de el de Luis Cañas quizás nos evoque, vino y bodega, pero quizás hoy lo importante es hablar de el de su figura y de quien es.
Sin duda sobran las palabras cuando el esta y habla, los sonidos que se pueden oir, que hablan es  hasta el silencio, abnegado, trabajador fiel a la familia y un autentico alabador de su fallecida mujer a la que siempre tiene presente y te cuenta con orgullo alguna anécdota de ella.
Su presencia por si sola llena la bodega recuerda las vistas que han pasado, y no tiene ningún reparo ni pereza en enseñarte su bodega, y explicarte su filosofía, en hacerse una foto contigo, como el dice ya no va de una más, orgulloso de ello le llena de placer satisfacer a sus amigos y vistas.
 
Como ya he dicho hoy no quiero valorar sus vinos, y respeto a todos las opiniones que al respectos de ellos hay, y están presentes en nuestro mundo del vino, aunque a mí personalmente de su bodega lo que destaco y eso si  con esmero es su reserva de la familia, único y singular que destaca el amor a su familia, y el proyecto que en su día inicio con su mujer, en donde encontraron los mejores viñedos de cada herencia, y de ahí fruto de esos viñedo nace el reserva de la familia, aunque no tiene reparo en decir que la singularidad de ese vino son las uvas de cabernet suavignon de viñas experimentales que posee la familia.
He de decir que de Luis Cañas los vinos de su bodega Amaren  me encantan, vinos con personalidad y muchísima calidad .La bodega  Amaren, que crean en honor a su esposa, es una apuesta por una viticultura de autor de expresión y alta calidad. El vino Ángeles de Amaren, así como su viura fermentado en barrica son un claro exponente de ese espíritu de autor y un referente de su calidad.
 
Pero sigamos hablando de el de la figura del creador de la bodega y el creador del vino, 86 años llenos de rabiosa vitalidad, al pie del cañón de su bodega controlando y supervisando todo lo que en ella acontece, hasta hace dos vendimias al pie de la mesa de selección para que a su vino solo fuera la mejor uva.
Siempre he dicho que un vino es un paisaje en estado liquido, que es el reflejo del terroir del entorno del clima, de su sol de sus nubes, de las lluvias y también es el reflejo del alma de su creador y en este caso es la teoría aplicado ver los ojos vidriosos marcados por la edad de Luis es ver el fondo de su pasión y amor por un terroir, por un vino y por una filosofía, es ver relejado su vida en sus vinos, y lo mejor el saber emocionarte a ti cuando estas escuchando su sabiduría.
Paso lento, pero firme y muy ágil. El  sin prisas, ya no las necesita, el ya lo tiene, tiene su pasado, su presente y además sabe que su futuro está ya plasmado en su bodega en sus vinos y en su legado familiar, desde luego Luis, es un referente vivo del buen hacer de la amabilidad y la tradición que muchos elaboradores tendrían de tomar como ejemplo.
 
Sin duda alguna muchas veces, quizás es mas importante hablar de la persona que de sus vinos pues sin dudarlo al hablar de el, se comprenden sus vinos.


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