La Panesa
La frase que mas utilizo cuando hablo de vinos, es la que hace referencia a
una sensación, y con ella digo siempre, que los vinos, han de tener alma y te
han de emocionar, te tienen que tocar la fibra sensible, y por que no hacerte
saltar alguna lagrimilla, lo cierto que encontrar vinos que te puedan hacer
sentir estas sensaciones no es fácil, pero de vez en cuando te tropiezas con
alguno de estos, que te llega hasta lo más hondo de ti, y reconoces que haces
el mejor trabajo del mundo, probar vinos.
Este es el caso de la Panesa de bodega Emilio Hidalgo de Jerez un
fantástico fino, con alma y que siempre llega a emocionarte, tanto cuando estas
solo como cuando lo disfrutas en compañía, un vino a la antigua usanza, que te
evoca a un Jerez de antaño muy tradicional, hecho sin prisas y como manda los
cánones.
La bodega Hidalgo está establecida en Jerez desde hace muchísimos años y en la segunda mitad del s. XIX la familia Hidalgo comienza la
actividad bodeguera partiendo de soleras de vino y viñas de su propiedad. Hoy
esta bodega parece como si el tiempo no hubiese pasado por ella, se conserva
intacta, creando así un núcleo de tranquilidad único, inigualable idóneo para
la crianza de los vinos.
La bodega está
ubicada en el centro de la ciudad de Jerez, en su casco antiguo. Los edificios que
la forman son de clásica construcción con anchos muros, amplios ventanales y
elevados techos de viguería con teja antigua, ideales para la crianza y
envejecimiento del vino, como tradicionalmente se ha hecho en Jerez.
Actualmente es
la quinta generación, del fundador de la bodega quien regenta esta, teniendo un
amplio mercado internacional en su haber.
El fino
especial la Panesa para mi es quizás el más significativo vino, de estas
características del preciado marco de Jerez, elegante y sutil, nos trasmite
fuerza y emoción. Elaborado 100% Palomino se nos muestra con matices de aromas
almendrados muy característicos,
punzante y delicado, ligero al paladar, seco y cuyas especiales características
son resultado de su prolongado y particular proceso de crianza exclusivamente
bajo velo de flor. En botas de roble, según método de Criaderas y Solera. Un
fino que procede de una escogida y emblemática solera “La Panesa” en la que se espacian
intencionadamente sus rocíos y realizado sacas muy cortas durante muchos años;
siempre bajo un continuo seguimiento de su evolución para evitar así su sobreexplotación
perdiendo sus características innatas del producto final.
Joyita, que el
tiempo a mimado, dándole ese carácter
Jerezano, ese sabor de la bodega que la familia Hidalgo a sabido preservar de
los tiempos.
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