jueves, 10 de mayo de 2012

Bodega Quim Batlle Foranell


Bodega Quim Batlle

Foranell



Los que seguís mis articulitos sabéis que soy un amante declarado de los vinos blancos con recorrido, es decir con aquellos vinos blancos con algún tipo de trabajo de crianza, sea esta en barricas, o sencillamente criados con sus lías en depósitos de acero. De estas tipologías de blancos siempre he dicho que a mí personalmente me llegan al alma, me encanta disfrutar de su untuosidad, y potencial, así como de su gama de aromas sofisticados y complejos.

Pues bien en un lindo paraje muy cercano a Barcelona en el alto de uno de los turons de la serralada de marina, en la localidad barcelonesa de Tiana se encuentra el magnífico enclave de una pequeña bodega llena de encanto esta es celler Quim Batlle, una bodega de cultivo ecológico donde trabajan con gran sabiduría y esmero las variedades de uva que mejor se han adaptado al entorno durante siglos, la Pansa Blanca, la garnacha blanca y la Picapoll.

La bodega y los viñedos de Tiana están entre 300 a 350  metros de altitud aproximadamente, y  la bodega inicio su recorrido en 1999. La finca, consta  de trescientas hectáreas de extensión, de las cuales tres hectáreas están plantadas por viña en pendientes y terrazas de terrenos pedregosos, con orientación sud-este, en la que podemos encontrar aparte de la viña unos preciosos burritos que viven en semilibertad.  Como ya cite antes se cultivan producción se desarrolla alrededor de tres variedades autóctonas: la garnacha blanca, la picapoll y la pansa blanca todas ellas bajo la Denominación de origen Alella y procedentes de Agricultura Ecológica. Trabajándolas en depósitos de acero inoxidable hasta conseguir como dicen en la bodega los vinos que siempre se había elaborado en Tiana, un Alella clásico. La producción de la bodega es extremadamente baja, debido al estricto control del rendimiento de los viñedos que es realmente bajo, hablamos de2 a 2.5 kg. De uva por cepa para la garnacha y la pansa blanca y de 1.5 kg. Para la picapoll, en un marco de plantación de 0.5 por 1 mt.

Lo cierto es que la sensación que produce estar en la viña roza lo místico, una preciosa vista del Maresme y Barcelona, con el Mediterraneo de fondo y la preciosidad de la viña en el corazón de la serralada de marina es genial, con el toque que caracteriza a sus vinos la salinidad que crea la continua brisa marina que los lugareños llaman Foranell, y que además da nombre a los vinos de esta bodega.

En Quim Batlle se mima hasta el último detalle, para dar a sus vinos una marcada personalidad que sin duda los caracteriza. Se vendimia, con alto índice de azúcar con el fin de obtener vinos de gran estructura y concentración de alcohol, siempre  en luna vieja con el fin de obtener la mayor impregnación de sal en la uva característica notable de sus vinos, en bodega se realiza una pre fermentación pelicular, de unas 24 horas con el fin de extraer de la uva el máximo de compuestos orgánicos, tras esta la fermentación se realiza en depósitos de acero inoxidable a temperatura controlada, y en estos depósitos estarán bajo lías finas al menos un periodo de tiempo minino de 12 meses antes de ser embotellados, y ya en botella antes de ser comercializados han de pasar algún mes más. Los resultados vinos complejos elegantes, llenos de matizes, muy particulares y sumamente deliciosos, vinos muy aptos para mesas elaboradas y con potencial para acompañar todo tipo de viandas incluidas carnes, aves y toda clase de guisos.





 
Tonos verdosos típicos de los vinos de la zona.

buena estructura aromática gracias a una exposición de cara al mar y una altitud de 308 m., que le asegura un contraste térmico muy acusado, con días muy calurosos, aligerados por la brisa marina, el foranell, y las noches frescas.

Estructura gustativa ácida muy bien compensada con gustos almendrados y de compotas de frutas. La ligera crianza en madera de roble francés le aporta toques de vainilla y de cacao, mientras que el terreno le da gustos de especias y minerales.



 
Vino de gran expresión del terreno pedregoso muy mineralizado, con recuerdos de bosque.
Sobre una base de manzana verde destacan los aromas de flores blancas (gesamí, azahar, mugget).
En boca es muy untuoso, carnoso, con reflejos de almendra, albaricoque y pruna seca. Sabor final persistente con notas de chocolate.




Tonos verdosos típicos de los vinos de la zona.
La variedad aporta aromas primarios de base cítrica (mandarina y pomelo, entre otros), con notas muy acusadas de fruta madura (melocotón y plátano).
La ligera crianza en madera de roble francés le aporta toques de vainilla y de cacao, mientras que el terrón le da sabores de especias y minerales.
Excelente estructura de boca, con paso amplio y un sabor final muy persistente.





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