Reflexión de los 50
Hoy este día tan señalado para
mí, donde he llegado a los 50 años, a ese medio siglo de vida,
inconscientemente he sentido la necesidad de detenerme y sentarme de
reflexionar, de pasar unos segundos conmigo mismo y meditar, de verme y encontrar a mí mismo al
Paco de siempre el que mejor o peor todos conocemos, posiblemente por temer del
salto de decenio, y seguro que a eso que los psicólogos denominarían “el
síndrome de la crisis de los cincuenta” que dramatismos aparte ha sido una
buena excusa para hablarme y contestarme.
Por algún motivo lo primero que
he hecho ha sido mirar hacia atrás y valorar de este largo viaje, lo pasado, lo
bueno, lo menos bueno y lo malo también. De ello sin duda lo que más me ha
entristecido ha sido ver la falta de algunos seres muy queridos que han formado
parte de mi infancia de entender que ya no estarán más ahí.
Por la parte positiva, de esa mirada atrás, creo que toda
mi vida ha sido maravillosa, mis padres y mi familia, esa parte tan importante
de la vida de todos, de sentirme orgulloso de mi ciudad tan importante para mí.
Sin duda el orgullo de mi trabajo de mis logros y de mis fracasos, de las metas
que siempre hemos tenido, digo hemos porque detrás de una gran vida, la mía
esta mi pilar, la persona más importante que gracias a ella hoy soy el que soy,
mi mujer, Mari quien siempre ha cargado con todo el peso de nuestra vida, y
quien me dio lo más querido y amado de mi existencia mi hija Celia, presumo de
que conmigo, en este el viaje de mi vida, me acompañan dos grandes mujeres, que
guían mis pasos sean los que dé, mis dos grandes amores, Celia y Mari.
Gracias a dios, también he tenido la gran suerte, de tener todo el
amor del mundo en forma de mis sobrinos y sobrina, mi Judit, mi Alex y mi Hugo,
y que por desgraciadas circunstancias de la vida, hizo esta, que con Alex tenga
algo muy especial, pues es mi niño.
Pero ahora toca mirar hacia
adelante a ese futuro que deseo sea igual de bonito que el tiempo pasado, y que
desde ahora hasta el final de mis días pueda seguir desarrollándome y creciendo
más como persona. Desearía un futuro, en donde mis seres queridos estén siempre
conmigo y estén llenos de salud, amor y prosperidad.
Donde mis amigos estén junto a mí,
disfrutando de ellos, llenándome de su sabiduría, y viendo el horizonte con
salud y prosperidad, ampliando deseos y creando futuro, aunque este esté ya en
su recta final, que esperamos sea dentro de muchísimos años, reencontrándome con los amigos perdidos o disipados, que
aunque ahora no estén cerca siguen siendo mis amigos, esa parte tan importante
de mí.
Gracias a todos y todas los que
estáis ahí , a mis amigos y menos amigos, gracias por darme apoyo y consejo,
por aguantar mis brasas y tostones, pero los que me conocéis, sabéis que soy así,
y así quiero seguir y espero nunca cambiar.
Salut, para el año que entra, y
sobre todo “Bon vi”.
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