Legítim de Papers de vi
El mundo mágico del vino, estos últimos tiempos está
atrapado por la globalización, las modas
y las tendencias del mercado. Por
supuesto que está bien, el negocio es el negocio, y aunque sea pasión lo que
muchos sentimos por el vino, hay que entender que para que esto sea así a de
funcionar bien económicamente, pero lo cierto, es que esta vorágine ha
provocado el abandonado en gran medida de la autenticidad y originalidad de muchos
vinos, perdido a veces también, el origen y la tradición de estos, llevándonos
a probar, buenos vinos, pero posiblemente sin alma, y sin personalidad.
De vez en cuando un grupo de amigos, personas locas
por el vino, personas locas por su territorio, por sus tradiciones y su
entorno, y por qué no, locas porque sí, porque aman el vino y lo que ello
conlleva, sin más tabúes que el de hacer un vino rico, sincero irrepetible y
con personalidad propia. Cuando esta alineación de los astros se realiza, se
conjuga un vino único que te eleva a otra dimensión, vino singular y entrañable, con personalidad propia, y que
además refleja la tradición de la tierra, el buen hacer tradicional de la zona,
y nos reencuentra con el pasado vitícola de esta maravillosa tierra.
Pues eso es lo que ha pasado con los amigos de
Papers de vi, y los amigos de Alella vinícola, Oscar, Ramón y Xavi García el
enólogo de Alella vinícola, han creado un vino que nos atrapa en el pasado de
los vinos de Alella, pero con el sentimiento y la razón de los vinos actuales,
conjugando así un mundo de sensaciones placenteras, increíbles.
Legitim de Papers de vi, es un vino de edición
limitada, eléctrico, cautivador, elaborado con un 70% de pansa blanca y un 30%
de garnacha blanca, criado en una gran bota de vino generoso seco, en crianza
oxidativa, pero a la cual le apareció velo flor, realizando también una crianza
biológica, a todo esto, por si fuera poco, en un momento estratégico de la
crianza se le incorporo un cantidad abundante, de un vino generoso seco de
1976, una comida de coco impresionante
que le ha aportado a este vino personalidad, y carisma singular y único.
De precioso color anaranjado, ligeramente opaco con
un brillo magnifico, elegante a la vista, de nariz muy compleja y sumamente
intensa, levaduras, bollería, manzanilla en flor, especias, cítricos, mieles, podías
estar perfectamente con la nariz en la copa durante horas deleitándote de su
impresionante e embriagadora aroma, pero la boca no se queda corta ni mucho
menos desde el primer sorbo, desde su entrada en boca, no para de ofrecer
posibilidades, de ofrecer matices de sabor, inquieto de principio a fin, con
muy buena estructura, fresco muy complejo.
Sin duda alguna un guiño al pasado para en el
presente llenar nuestra mesa de múltiples y maravillosa alianzas gastronómicas,
suerte poder de vez en cuando probar vinos así.
SALUT I VI.
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