POLLO de JORDI VALLS
Los poquitos ratos libres que puedo mirar de
aprovechar para mí, que son muy poquitos, me encanta rodearme de una buena lectura, acompañada de una copa de buen vino, y esto es justo lo que he hecho este fin de
semana, y he leído parte del poemario POLLO, de mi querido amigo Jordi Valls.
Para quien no lo conocéis, Jordi es un
poeta Colomense, de los de carácter Colomense, muy comprometido con la
ciudad, y con el cual disfruto mucho cuando coincidimos y ambos tenemos un
poquito de tiempo libre, y en esos pequeños intervalos de tiempo lo aprovechamos para entablar una ardua conversación en ocasiones banal, o no, pero desde luego siempre llena de buen saber y sumamente intelectual, un placer sin duda,esos pequeños ratos de
conversación tan positiva.
Lo interesante y cierto es que la lectura de
POLLO, me ha trasmitido, paz espiritual, al tiempo que sin saber porque me
evocaba aromas, sabores y recuerdos que mi mente, extrapolaba a sensaciones
gratificantes y placenteras que solamente ciertos vinos llegan a desarrollar,
una lectura que hacía volar mi mente al frescor puro y natural de la ribera
Sacra, a ese entorno privilegiado y natural, a la vez que complejo esotérico y
místico. Me integraba como por magia a
esos lienzos cromáticos cambiantes, que según la época del año, van pintando el
entorno y paisaje gallego, pero también como por asistencia e influencia de las
meigas, a esas largas y maravillosas mañanas de una niebla gris eterna.
Desde luego nada que ver posiblemente con el
temario poético de POLLO, ¡o si!, ¡o no!, ¡no sé!
Pero lo
que sí creo, es que esa levitacion no corporea, se debía a la lectura de la poesía surrealista, casi mística, espiritual
que trasmite Jordi Valls, casi como si de un Chaman se tratara. Jordi, es el narrador de las escenas más singulares y estrafalarias pero a su vez, las mas armónicas y conjugadas que un ser pueda imaginar.
Interconectar la mente con el cuerpo en una
sensación zen, es de lo más difícil, para los que como yo, nuestra vida la
vemos pasar en un estado de stress
continuo y endémico, esa sensación tan grata de relax, tan placentera, tan
gratificante sin duda no tiene precio.
La poesía prosaica de Jordi, irreverente y
singular, única, seria su definición, donde no eres capaz de definir lo que es
humor irreal, de la realidad reinterpretada, es sin lugar a duda el aroma y
sabor de un buen Godello de la Ribera Sacra, donde la fruta fresca es combinada
con el castaño y la Acacia, donde el sotobosque de fondo reinterpreta el vino,
y los atisbos de la humedad matinal de los cañones del Sil, es la prosa en
aroma.
Destaco de POLLO, sin dudarlo el alegato a su
pueblo, a la referencia de los gigantes que se garrotean, de Isaias que “caga”
en la viña del Sabater, del sabor surrealista,
que reivindica el civismo, la multiculturalidad de ese pueblo situado a los
pies de la Vall de Carcereña, oda libre y despejadora de la mente y el alma. Así
es GRAMENETUM.
Jordi, cabal y sensato, ha sido capaz de
montar el POLLO de sabores, de aromas y de sensibilidad con su poesía, salut i
POLLO.
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