Quinta sacra
Siempre hablo de “mi” particular Ribera Sacra, desde el prisma del vino,
del viñedo, de las bodegas, pero hoy si me lo permitís, si me dejáis lo trasmitiré
desde el prisma de su belleza natural, dejarme aunque solo sea por un solo
momento, que cambie de tercio y intente trasmitíos mi pasión por la belleza única
de la Ribera Sacra, y os hable de otra forma fantástica de conocer sus paraje,
sus rincones escondidos y también como parte intrínseca de ella sus precioso
viñedos, escarpados en los cañones, verla y vivir la con Quinta Sacra.
De bien sabido es, que uno de mis rincones queridos y anhelados,
uno de los lugares donde algún día y espero sea más tarde que pronto, termine
mis días, es sin duda alguna la Ribera Sacra. En ese “cabo do mondo”, en esos
singulares parajes de belleza infinita, encuentro el misticismo suficiente,
para reencontrarme con mi paz interna y como antaño decían los lugareños,
encontrarte con el recogimiento de tú alma, en fin sin tanta bobada encontrarte
contigo mismo y sentirte bien. Ribera Sacra te encierra en ti, y te recarga de energía
positiva, de esa energía de la siempre vamos necesitados.
Su paisaje crea una simbiosis con sus gentes, con su sabor,
con sus aromas, he inunda de paz celestial, ese estrés terrenal que arrastramos
a lo largo de todo el año, aunque añado, porque si no, no sería yo, el placer
de disfrutar de sus vinos, únicos y singulares rodeados de una riquísima gastronomía
local. ¡Pues no solo de paisaje a de vivir el hombre¡.
Desde hace ya bastantes años, durante mis vacaciones de
verano, me dedico a recorrer y descubrir, esos sin iguales rincones de singular
belleza. Esos espacios naturales que Ribera Sacra ofrece al visitante, lo
cierto es que año tras año, su maravillosa grandeza, me ofrece nuevos y bellos
lugares que descubrir, que no conocía, que no había visto antes.
Año tras año, conozco nuevas gentes, nuevas bodegas y
viñedos, y espacios que me vuelve a inundar mis sentidos de gratos
sentimientos, de aromas, colores y sabores diferentes a los que ya conocía.
Pero además Ribera Sacra te ofrece la infinita forma de
redescubrir una y otra vez un mismo lugar desde muchos puntos de vista, y este
año se a tratado de eso de redescubrir el entorno desde Belesar hasta Atan en
la ribera del Miño, desde su punto más bajo, el mismo rio Miño.
En el mismo embarcadero de Belesar, opera una pequeña
empresa, llena de pasión y sentimiento hacia la tierra, llamada quinta Sacra,
que te ofrece la posibilidad de pasear,
de forma placida por el Miño en una embarcación neumática de hasta 12 plazas,
un grato paseo que te acerca a vivir de forma muy directa la grandeza que crea
el Miño en la Ribera Sacra.
De la mano, de su encantadora propietaria, te acercaras, vivirás,
desde otro punto de mira, todas esas aldeas que ya conocía desde el alto de la
ribera.
La experiencia conecta directamente con el misticismo de la
zona, con el esoterismo extremo del paisaje de la ribera Sacra, fundiéndolo en
un placer terrenal.
Lo cierto es que Quinta Sacra te ofrece en su paseo,
acercarte a la zona cero, de la belleza de la Ribera Sacra y ver su parte más
salvaje y natural de ella, su visión menos conocida.
La experiencia, el paseo, que te ofrece Quinta Sacra, te
remite y conecta con tu paz interna, creando así una llamada misteriosa hacia
ese lugar. Como si se tratara de su mitología, que hace referencia a las “xacias”
y “xacios”, seres mitológicos, que según la tradición gallega, residen en las
profundas fosas del Miño, y te atraen al lugar intentando retenerte, para
siempre con ellos, o a lo mejor es la llamada de los castros celtas lo que te
intenta retener, o evocado por los antiguos asentamientos romanos, que introdujeron
allí mi querida viña, me intenten retener una y otra vez. Pero lo cierto es que
repetiré, la gran experiencia de Quinta Sacra, por el Miño. Salut y Quinta
Sacra.
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